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Aprende a decir NO y aprenderás a valorar tus SI (François Mitterrand)

Para muchas personas decir que NO resulta ser un verdadero tormento. En ocasiones, tendemos a ceder en cosas que no queremos y esto nos termina generando incomodidad y un conflicto con nosotros mismos pues anteponemos la voluntad de los demás por sobre la nuestra. Una sensación de insatisfacción totalmente innecesaria.

Decir a todo que sí no es el camino para mejorar nuestra autoestima, sentir que somos queridos y aceptados, esconder los miedos al conflicto, al rechazo o a la soledad, olvidándonos de nuestras necesidades y de nuestros intereses reales.  Sin embargo, hay quienes no pueden evitar comportarse de esta manera, aunque no les guste, es algo que han aprendido y creen que es la mejor opción.

A pesar de que prestar ayuda y ser generosos con los demás es recomendable y nos proporciona muchos beneficios, no es menos importante priorizarnos y mirar primero por nosotros mismos.

El problema es que hemos desarrollado una suerte de automatismo, un SI automático que aparece como respuesta antes de que siquiera alcancemos a procesar el pedido que nos están haciendo. Y cuando ya caemos en que hemos asumido un compromiso, aparece la incomodidad por haber aceptado tal tarea que no queremos o no podemos llevar a cabo. Con esa declaración de aceptación, ese SI automático, asumimos la responsabilidad de cumplir con la promesa que hemos contraído.

Decir NO es un tipo de declaración que todos necesitamos tener disponible y que, sin embargo, muchas personas manejan con dificultad. Prefieren dar como respuesta un “sí” ambiguo (sabiendo que muchas veces no serán capaces de cumplir) a responder con un categórico NO. Con esto no solo perjudican al otro, que emprenderá acciones con una promesa incierta, sino que además están minando la identidad pública, la credibilidad y confianza que los demás tengan en ellos. 

Hay diversos factores que influyen en nuestra incapacidad dar un NO como respuesta o poner límite a los requerimientos de los demás.  Entre los más recurrentes están: autoestima baja, sobrevalorar el “que dirán”. soslayar el rechazo y las confrontaciones, evitar la pérdida de oportunidades.

Es imprescindible saber decir NO a las cosas que NO nos interesan y que NO están en línea con la vida que queremos, dejando espacio a las oportunidades que SÍ queremos y SÍ son adecuadas para nosotros.  Cuando no ponemos limites, de alguna manera no nos estamos respetando, nos hacemos invisibles a nosotros mismos dejando que los otros decidan por nosotros, nuestra autoestima disminuye y nos acosan profundos sentimientos de soledad y fracaso, debilitando nuestra legitimidad frente al resto. Por esto la importancia de analizar algunos aspectos cognitivos.

Detectar los dominios en los que me cuesta decir NO.  Descubrir y reflexionar en que situaciones o contextos y a quienes decimos que si queriendo decir no, o donde debimos haber puesto límites. ¿En qué ámbitos de la vida tengo dificultades para decir NO? ¿Por qué habría de decir que si, que beneficios me reporta? ¿Cuántos compromisos incumplidos he dejado en el camino por la imposibilidad de dar un oportuno y claro NO? ¿A quiénes me cuesta decirles que no? ¿Qué tipo de relación tengo con la persona? ¿Qué expectativa estoy intentando cumplir hacia esa persona? ¿Que creo que espera de mí? ¿Cuántas relaciones dañadas y cuanto menoscabo a mi identidad pública, la credibilidad y confianza que los demás tienen en mi por no dar un oportuno no?

Cuáles son las emociones y pensamientos que hacen que digamos que si cuando queremos decir NO.  Detectar ideas irracionales y racionalizarlas. ¿Qué pensamientos vienen a mi mente en esos momentos? ¿Cómo me siento, cuáles son las emociones que me abrigan? ¿Qué me digo a mí mismo?

Todos tenemos el legítimo derecho a rechazar una petición.  Cuando decimos que NO a alguien, no estamos rechazando a la persona o la relación, solo no estamos aceptando la petición.  No hemos entendido que prender siempre un SI significa exigir obediencia.

Saber decir que NO y PONER LIMITES es necesario para actuar en coherencia con quien elegimos ser y en cómo queremos vivir.

La buena noticia es que se puede aprender a decir que NO, así es que antes de dar un SI automático, preguntémonos ¿Que parte de nosotros mismos estamos negando cuando decimos que SI a los demás queriendo dar un NO?

 

Ondina Lucero M.
Coach Ontológico / Ingeniero Comercial
Socia Directora de Impullsa Consultores Ltda.
www.impullsa.cl

Santiago, Febrero 2021

 

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